Cuando fui juez, en los setenta y ochenta, dirigía audiencias con jurado; y debía interrogar al acusado, según la ley: para que a los jueces de conciencia se les revelara la personalidad del reo: se acostumbraba preguntarle entre otras cosas por sus vicios. Uno, inculpado de homicidio, cuando le averigüé sus vicios, me respondió:«Las mujeres». Advierto apenas ahora que, además, era: travieso.
Cuando fui juez, en los setenta y ochenta, dirigía audiencias con jurado; y debía interrogar al acusado, según la ley: para que a los jueces de conciencia se les revelara la personalidad del reo: se acostumbraba preguntarle entre otras cosas por sus vicios. Uno, inculpado de homicidio, cuando le averigüé sus vicios, me respondió:«Las mujeres».
ResponderEliminarAdvierto apenas ahora que, además, era: travieso.