La Rana que quería ser una Rana auténtica Augusto Monterroso
Había una vez una Rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se esforzaba en ello.
Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.
Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una Rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena Rana, que parecía Pollo.
Es que lo de la autenticidad es demasiado subjetivo... La historia de la rana es genial por eso. Yo una vez comí cocodrilo y también me supo a pollo. Parece que si hay alguien que encontró su autenticidad es el pollo, ¿no?
Adri, ¿cómo así que comiste cocodrilo??? ¿Dónde? Qué exótica. Pero qué mamera que todo sepa a pollo, sería chévere comer algo y decir: tiene un parecido con el cocodrilo.
Juandavid, ¿no te pareció simpático el estilo del que escribió el artículo? "En las salidas de campo, Lynch es como un colibrí, siempre está mirando los arbustos".
Estaba viendo el programa del señor que sobrevive en discovery, hizo una fogata y dijo que las fogatas solo necesitaban tres ingredientes, calor, oxigeno y combustible. Yo quería contar eso acá en el diccionario pero no sabía donde, entonces pensé que no, que no debía contar eso. Cuando 10 minutos después cocinó y se comió una serpiente. Dijo mientras se la comía "algunos dicen que sabe a pollo, pero no se a que pollo se refieren, la serpiente es nervuda y cartilaginosa, nada que ver con el pollo". La serpiente fue el desayuno, la comida había sido pescado, dijo que el pescado tenía proteinas, grasa, minerales y vitaminas, que justo lo que un sobreviviente necesitaba.
La Rana que quería ser una Rana auténtica
ResponderEliminarAugusto Monterroso
Había una vez una Rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se esforzaba en ello.
Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.
Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una Rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena Rana, que parecía Pollo.
Por lo que veo, ni siquiera la palabra es completamente auténtica, porque quiere decir otra cosa.
ResponderEliminarSaludos
Mira, la rana vanidosa.
ResponderEliminarJajaja, sí, vana vana. Pobre rana. Tu gallo también era vanidoso. Pobre gallo.
ResponderEliminarEs que lo de la autenticidad es demasiado subjetivo... La historia de la rana es genial por eso. Yo una vez comí cocodrilo y también me supo a pollo. Parece que si hay alguien que encontró su autenticidad es el pollo, ¿no?
ResponderEliminarJajaja, sí, a mí me pasó con el conejo. También me supo a pollo.
ResponderEliminarAdri, ¿cómo así que comiste cocodrilo??? ¿Dónde? Qué exótica. Pero qué mamera que todo sepa a pollo, sería chévere comer algo y decir: tiene un parecido con el cocodrilo.
ResponderEliminarAngela, pilla, parece que las ranas sí saben a pollo, lo dice un experto en ranas, ni más ni menos.
ResponderEliminarCuenta que su sabor es similar al del pollo. “Pero no es gran cosa”.
Mejor dicho, las ranas también saben a pollo como los cocodrilos.
ResponderEliminar"Eleutherodactylus carranguerorum" Jajajaja.
ResponderEliminarAyer coincidencialmente también me hablaron del sabor de la rana, me dijeron lo mismo, que sabe a pollo. Yo dije que cuál era la gracia entonces.
Juandavid, ¿no te pareció simpático el estilo del que escribió el artículo? "En las salidas de campo, Lynch es como un colibrí, siempre está mirando los arbustos".
ResponderEliminarQue nota esa parte. Cuando lo leí no me di cuenta del estilo, pero leyendolo otra vez lo vi y sí es charro, y a mi me pareció bacano.
ResponderEliminarhttp://www.kienyke.com/historias/el-argentino-en-quien-colombia-ha-puesto-sus-ilusiones/
Puse al revés el enlace.
ResponderEliminares así: "Tiene calidad para gambetear en un metro cuadrado y vergüenza para correr por toda la cancha. Pero lo más lindo es que su silenciosa entrega tiene la fuerza del más estruendoso presente"
Algo chistoso.
ResponderEliminarEstaba viendo el programa del señor que sobrevive en discovery, hizo una fogata y dijo que las fogatas solo necesitaban tres ingredientes, calor, oxigeno y combustible. Yo quería contar eso acá en el diccionario pero no sabía donde, entonces pensé que no, que no debía contar eso. Cuando 10 minutos después cocinó y se comió una serpiente. Dijo mientras se la comía "algunos dicen que sabe a pollo, pero no se a que pollo se refieren, la serpiente es nervuda y cartilaginosa, nada que ver con el pollo". La serpiente fue el desayuno, la comida había sido pescado, dijo que el pescado tenía proteinas, grasa, minerales y vitaminas, que justo lo que un sobreviviente necesitaba.
Yo pienso que debés contar todo lo querás aquí en el diccionario porque me hacen muy feliz tus comentarios.
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