Las cosas que de verdad me gustan, me dejan como tonta ecuatoriana. Para la muestra un cuento de Monterroso que leí en Casa de los Cuentos:
Había una vez una Mosca que todas las noches soñaba que era un Águila y que se encontraba volando por los Alpes y por los Andes. En los primeros momentos esto la volvía loca de felicidad; pero pasado un tiempo le causaba una sensación de angustia, pues hallaba las alas demasiado grandes, el cuerpo demasiado pesado, el pico demasiado duro y las garras demasiado fuertes; bueno, que todo ese gran aparato le impedía posarse a gusto sobre los ricos pasteles o sobre las inmundicias humanas, así como sufrir a conciencia dándose topes contra los vidrios de su cuarto. En realidad no quería andar en las grandes alturas o en los espacios libres, ni mucho menos. Pero cuando volvía en sí lamentaba con toda el alma no ser un Águila para remontar montañas, y se sentía tristísima de ser una Mosca, y por eso volaba tanto, y estaba tan inquieta, y daba tantas vueltas, hasta que lentamente, por la noche, volvía a poner las sienes en la almohada.
Señores, muy amables. Las genialidades son del español, Martín. Peláez, vos a mí me parecés todo menos tonto. Y mudo, tampoco. Johan, pues te salió gracioso. Salú a todos.
Las cosas que de verdad me gustan, me dejan como tonta ecuatoriana. Para la muestra un cuento de Monterroso que leí en Casa de los Cuentos:
ResponderEliminarHabía una vez una Mosca que todas las noches soñaba que era un Águila y que se encontraba volando por los Alpes y por los Andes.
En los primeros momentos esto la volvía loca de felicidad; pero pasado un tiempo le causaba una sensación de angustia, pues hallaba las alas demasiado grandes, el cuerpo demasiado pesado, el pico demasiado duro y las garras demasiado fuertes; bueno, que todo ese gran aparato le impedía posarse a gusto sobre los ricos pasteles o sobre las inmundicias humanas, así como sufrir a conciencia dándose topes contra los vidrios de su cuarto.
En realidad no quería andar en las grandes alturas o en los espacios libres, ni mucho menos.
Pero cuando volvía en sí lamentaba con toda el alma no ser un Águila para remontar montañas, y se sentía tristísima de ser una Mosca, y por eso volaba tanto, y estaba tan inquieta, y daba tantas vueltas, hasta que lentamente, por la noche, volvía a poner las sienes en la almohada.
Tus genialidades me dejan "mudo". Besos
ResponderEliminarYo debo ser tonto, entonces.
ResponderEliminarMire que casualidad, en mi blog acabo de publicar un rollo relacionado con el chiquitin ese, el autor del texto de la mosca.
ResponderEliminarMudo: Pariente lejano del nudo, no eso es muy ingénuo.
Mudo: No se me ocurre nada gracioso, mejor me quedo mudo.
Salú pue.
Señores, muy amables. Las genialidades son del español, Martín. Peláez, vos a mí me parecés todo menos tonto. Y mudo, tampoco. Johan, pues te salió gracioso. Salú a todos.
ResponderEliminarApenas me entero de la existencia del blog. Muy bueno y divertido. Felicidades. Ya soy seguidor y la visitaré asiduamente.
ResponderEliminarÁngela: Maestra, veo que has atendido el clamor de tus lectores, bien por eso. Ahora se lee mucho mejor.
ResponderEliminarSalú pue.
Huy, Ángela, ahora sí, mucho más cómodo. Gracias.
ResponderEliminarAlejandro, me alegra que te guste. Bienvenido. Don Johan y Esteban, siempre a la orden.
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