3. adj. Dicho de un fruto de cáscara: Cuya semilla o sustancia interior está seca o podrida.
Si uno piensa la cosa así, entonces nadie se salva de la vanidad: todos tenemos caducidad y tarde o temprano nos vamos a podrir. De hecho nos estamos consumiendo todo el tiempo.
El vanidoso, el "que tiene vanidad y la muestra", termina siendo un cínico sabio. Y las personas que luchan contra la vejez, las mujeres que se operan para que las arrugas no se les noten, dejan de ser vanidosas: ocultan su cualidad de vanas. Aunque, pensándolo bien, al ocultarlo lo que hacen es mostrarlo más. Es imposible huirle a la vanidad.
Peter Drucker el excelente escritor de libros de administracion cuenta algo, el dice que conocio muchisimos grandes lideres de empresas, gente excepcional, dice el que habia desde apocados hasta creidisimos, que ser vanidoso no es un requisito para hacer las cosas bien, pero tampoco es una limitante.
El señor que tiene un blog en la revista soho es un poquito vanidoso, si quieren pasense por su blog donde el cuenta cada 15 dias alguna de las geniales ideas que se le han ocurrido. Pero en todo caso bacano que el señor no sea muy pudoroso con sus exitos, asi los que somos metidos nos enteramos del glamuroso mundo de la publicidad en nueva york (aunque el cada 15 dias cuenta aventuras de un pais distinto).
Andreita la del otro blog de soho tampoco es la mata de la humildad, y su blog es bacano tambien, es bacano porque los que somos metidos nos enteramos del glamuroso mundo de las putas de Bogota (aunque ella tambien viaja mucho).
John Milton dice en El abogado del diablo, que la vanidad es definitivamente, su pecado favorito. Ayer pequé de vanidosa con una gente que no conozco. Pero en mi defensa alego, que fue, como siempre, por que me picaron la lengua. Llegué a mi casa muy conciente de mi "falta" y sintiendome como aburrida por esa situación. Y hoy soy vanidosa por que mi blog tiene un nuevo seguidor. Y esa vanidad se mezcla con orgullo, entonces soy doblemente pecadora.
Ya lo dijo aquel sabio de la antigüedad, ese al que le gustaba partir niños en dos: "Vanidad de vanidades, todo es vanidad", ahora que lo leo más pareciera algo que diría la miss Antioquia.
Jajaja, don Johan, es que ella lo dijo TODO en cincuenta segundos. Juan David, hay muchos publicistas que tienen mucho ego. Este señor, así mirándolo por encima nomás, ni me va ni me viene. El punto es que creo que Peter Drucker tiene razón. Y de los pecados mi favorito sería la pereza y en segundo lugar la lujuria. El que más detesto es la mentira.
Angela, vi en un blog que a vos te choca mucho la gente que quiere demostrar que es algo, y usted estaba como brava y dijo que todas las demostraciones le daban pereza. Pero la palabra que uso no era demostrar sino probar.
Voy con un aporte erudito que pretende probar algo, en Medellin hay una expresion de los malos, la expresion es "probon", "ese man es un probon", para decir que prueba finura, que es berraco. Cuando alguien no "prueba" le dicen "hermano, me desprobaste, me desprobaste". Parece que a vos te da pereza la gente "probona". La verdad es que no se que quiero probar con mi comentario, tal vez solamente quiero poner una palabra que me parece rara, es que "desprobaste" es una palabra muy rara.
Pero ya hablando en serio, es verdad que la gente que a toda hora le esta chicaniando a uno es muy maluco. Yo por eso trato de chicanearle un poquito a cada persona cada dia, para que nadie se aburra y yo poder chicaniar bastante en todo caso.
vano
ResponderEliminar3. adj. Dicho de un fruto de cáscara: Cuya semilla o sustancia interior está seca o podrida.
Si uno piensa la cosa así, entonces nadie se salva de la vanidad: todos tenemos caducidad y tarde o temprano nos vamos a podrir. De hecho nos estamos consumiendo todo el tiempo.
El vanidoso, el "que tiene vanidad y la muestra", termina siendo un cínico sabio. Y las personas que luchan contra la vejez, las mujeres que se operan para que las arrugas no se les noten, dejan de ser vanidosas: ocultan su cualidad de vanas. Aunque, pensándolo bien, al ocultarlo lo que hacen es mostrarlo más. Es imposible huirle a la vanidad.
Peter Drucker el excelente escritor de libros de administracion cuenta algo, el dice que conocio muchisimos grandes lideres de empresas, gente excepcional, dice el que habia desde apocados hasta creidisimos, que ser vanidoso no es un requisito para hacer las cosas bien, pero tampoco es una limitante.
ResponderEliminarEl señor que tiene un blog en la revista soho es un poquito vanidoso, si quieren pasense por su blog donde el cuenta cada 15 dias alguna de las geniales ideas que se le han ocurrido. Pero en todo caso bacano que el señor no sea muy pudoroso con sus exitos, asi los que somos metidos nos enteramos del glamuroso mundo de la publicidad en nueva york (aunque el cada 15 dias cuenta aventuras de un pais distinto).
Andreita la del otro blog de soho tampoco es la mata de la humildad, y su blog es bacano tambien, es bacano porque los que somos metidos nos enteramos del glamuroso mundo de las putas de Bogota (aunque ella tambien viaja mucho).
John Milton dice en El abogado del diablo, que la vanidad es definitivamente, su pecado favorito.
ResponderEliminarAyer pequé de vanidosa con una gente que no conozco. Pero en mi defensa alego, que fue, como siempre, por que me picaron la lengua. Llegué a mi casa muy conciente de mi "falta" y sintiendome como aburrida por esa situación.
Y hoy soy vanidosa por que mi blog tiene un nuevo seguidor. Y esa vanidad se mezcla con orgullo, entonces soy doblemente pecadora.
Vanidad, pecado que el que dice no tener peca el doble, por mentiroso.
ResponderEliminarYa lo dijo aquel sabio de la antigüedad, ese al que le gustaba partir niños en dos: "Vanidad de vanidades, todo es vanidad", ahora que lo leo más pareciera algo que diría la miss Antioquia.
ResponderEliminarSalú pue.
Jajaja, don Johan, es que ella lo dijo TODO en cincuenta segundos.
ResponderEliminarJuan David, hay muchos publicistas que tienen mucho ego. Este señor, así mirándolo por encima nomás, ni me va ni me viene. El punto es que creo que Peter Drucker tiene razón.
Y de los pecados mi favorito sería la pereza y en segundo lugar la lujuria. El que más detesto es la mentira.
Por favor me disculpan este carretazo.
ResponderEliminarAngela, vi en un blog que a vos te choca mucho la gente que quiere demostrar que es algo, y usted estaba como brava y dijo que todas las demostraciones le daban pereza. Pero la palabra que uso no era demostrar sino probar.
Voy con un aporte erudito que pretende probar algo, en Medellin hay una expresion de los malos, la expresion es "probon", "ese man es un probon", para decir que prueba finura, que es berraco. Cuando alguien no "prueba" le dicen "hermano, me desprobaste, me desprobaste". Parece que a vos te da pereza la gente "probona". La verdad es que no se que quiero probar con mi comentario, tal vez solamente quiero poner una palabra que me parece rara, es que "desprobaste" es una palabra muy rara.
Pero ya hablando en serio, es verdad que la gente que a toda hora le esta chicaniando a uno es muy maluco. Yo por eso trato de chicanearle un poquito a cada persona cada dia, para que nadie se aburra y yo poder chicaniar bastante en todo caso.
Sí, rarísima la palabra. Las dos. Me gusta eso de probón, lo voy a implementar.
ResponderEliminarA mí me gusta la vanidad. Mejor dicho, estoy más que en paz con ella. Quien diga que no es vanidoso es un gran mentiroso y doblemente vanidoso.
ResponderEliminarQuien esté libre de vanidad que tire la primera piedra, yo no podría.
ResponderEliminarSaludos
Yo la tiro, Fernando. Hoy amanecí con ganas de picármelas.
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